En un principio Miller para mi era un fanboy de Sony que escribía en IGN, desagradable solo por tener opiniones diferentes a las mías. El switch cambió cuando en un E3 (no recuerdo el año) se presentó Kinect y Move. Me explico, los que prácticamente nacimos siendo gamers (y no es muy difícil encasillar al grupo exacto al que me refiero), no nos emociona un E3 cargado de juegos de baile y simuladores de realidad. Greg es de ese tipo de gamer. Y al igual que yo, él ya no soportaba el aburrimiento y la frustración de ver ese evento, que nos pertenece, lleno de basura normalfag y casual.
Ese año Miller, independiente de su posición pro Sony, apaleó duramente el E3.
Por eso valoro un montón el respeto que le tengo como profesional, porque se lo ganó, porque en todos estos años leyendo y escuchando sus reseñas, él ha mantenido una firme línea editorial que lo caracteriza.
El año pasado recibió el premio 'Trending Gamer' en la versión 2015 de los Video Games Awards y se mandó este discurso que, aunque algo cheesy, comparto completamente. Siempre voy a valorar a cada hijo de puta que me ha hecho soñar, divertirme o emocionarme en un juego, porque sin los juegos, como bien dice Miller, no sería lo que soy hoy en día.
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