viernes, 28 de septiembre de 2018

Conclusión

Cada vez que disfruto de una obra, y se nota que tiene claras intenciones ideológicas que la impulsan, trato de mentirme de que no es así, trato de inventar diferencias entre las que me gustan y las que me patean. Ya no resultó, era.

No me interesa que una obra de ficción sea machista o misógina, tampoco me importa que tenga una agenda SJW, ni que el personaje golpee animalitos, tampoco que sea un transgénero Gary Stu; si la weá es divertida, queda, fin.

Tampoco voy a favorecer media que se alinee con mis tendencias ideológicas. Simple, la ficción es ficción, punto, disfruta y para de quejarte.

/conclusión

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