sábado, 21 de noviembre de 2015

Empatía versión primavera-verano 2015

¿Qué tanto puede costar tratar de ponerte en los zapatos del resto? Y repito esto una y otra vez, porque siempre me demuestran que al parecer es extremadamente difícil.

No es que no pueda decidir que una cosa pese más que otra y finalmente opte por desistir de un compromiso, el problema radica cuando alguien, en su imposibilidad de hablar, hace que lo que pudo haber sido un fin de semana totalmente cumplido (tal vez apretado y con pocas horas de sueño), se transforme en una mezcla de rabia, impotencia y mala gana. Porque no me molesta no haber podido cumplir con todo, me molesta haber tenido que esperar hasta el último momento para cancelar algo por culpa de alguien a quien probablemente le importa su propia nota mucho menos que a mi.

Me pesa también que me importe tanto que un pendejo de mierda a quién no le importa aprender, aprenda. Y tal vez por eso no debería dedicarme a impartir clases o tendría que cambiar mi switch completamente para hacerlo.

Por suerte, lo que menos tiene mi vida en este momento es color, mi grupo social consta de puros hueones para los que las cosas son o no son, sin más vueltas, sin más dramas y termino siendo yo el más cagón de todos y el que más color le da a las huevás que yo mismo me busco.


Summertime, perras.

No hay comentarios.: