Al toparme con una viñeta de Calvin siempre me siento un niño otra vez, me golpea sumamente fuerte su candidez. Es un ciclo que siempre se cumple, recordar mi infancia me hace recordar la tira cómica de Bill Watterson y la caricatura Bobby's Wolrd. Ambos tienen mucho de lo que fui de niño, lo inocente que era para ver la vida, las infantiles opiniones que tenía a esa temprana edad respecto a todo, la curiosidad por explorar el mundo y, finalmente, la imaginación infinita que me nutría y divertía cuando jugaba en el patio de la casa de mi abuela.
Aún me siento pequeño cuando un chiste de Watterson me transporta y me hace empatizar con ese pequeño de mechas desordenadas y su forma tan práctica y directa de ver la vida.
Mi tío Álvaro es mi tío Ted criollo, mi compadre, el tío que es pura buena onda, panoramas divertidos, volantines y consejos para la vida.
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