Dos días

Martes, 22 de Junio de 2010, madrugada.

Casa, calle, micro, alzas, familia, Bip, dinero, deudas, llamados, gastritis, letras, mentiras, sombras, miedos, estigmas, traumas, trabajo, papeles, inscripción, luca, veinticinco, préstamo, repactar, correr, caminar, fechas, cuenta regresiva, vergüenza, mamá, viejo, pasado, futuro, comer, sueño, sueños, meta, tú, yo, mal, hermano, metro, garabatos, defraudar, viaje, tiempo y tengo que soportar además mierdas indirectas otra vez.

Realmente váyanse a la chucha, tengo mil cosas más en las que pensar y mi cabeza sólo trata de mantener un punto meta y si tengo que botar trabas, por mucho que no quiera lo haré, aprendí de mala forma que no se puede tener todo sin perder nada y mis prioridades, además de estar determinadas, contadas y ordenadas, están apretaditas.

Estoy bien y ese es el punto, me tengo que mantener así hasta llegar.



Miércoles, 23 de Junio de 2010, noche.

Tomé la micro, como siempre, el sonido del pitazo verde me indicó que no había funcionado y me preparé para lo que se venía, pensé mucho en esa corta caminata al asiento del fondo, que parecía esperarme. Me senté, sonaba "Ultimate Showdown" y aunque bastante movida, me arrulló lentamente hasta caer dormido.

El sueño fue extraño, con sobresaltos e incomprensible, sueño que no recuerdo ahora. Desperté de un salto, estaba en mi parada, me acerqué a la puerta viendo como, con una mala maniobra, la puerta que estaba en frente mio quedó tapada con una reja, no pude bajar y no tenía ánimos para alegar, esperé a la siguiente parada, tranquilo, estaba aún un poco atontado por el sueño.
Partió y la micro en que iba adelantó a otra, la que debía tomar luego de bajar, la imagen se hizo en mi mente, si tenía suerte podía llegar al siguiente paradero, bajar y tomar la que venía atrás, sonreí, la micro corrió rápido y llegó al siguiente paradero, bajé de un salto, hacía frío y el viento me hacía sentir que no tenía pantalones, pero estaba a tiempo, sólo debía esperar que pasara la siguiente.

Mientras más despertaba en mi espera, mi cabeza se llenaba lentamente con lo mismo otra vez. Lo peor es que sabía que irremediablemente llegaría al mismo punto mental que al subir a la primera micro. Vi cómo venía mi siguiente transporte y sin mirar el número, con toda la seguridad de que era la mía, la hice parar y el micrero sólo me dio una mirada de reojo y no frenó. Miré desconcertado el cartel del paradero y confirmé que debió parar, sentí rabia, putié, estuve a punto de gritar, pateé dos veces el fierro del paradero con rabia y mientras subía el dolor por mi pié, pensaba en que debí haberle hecho algún gesto al micrero para sentirme un poco mejor.

Miré atrás y pensé en volver al paradero de siempre, caminando, sabía que allá la micro paraba siempre ¿pero de qué servía volver a lo de siempre si ya había cambiado algo este día? siempre le doy importancia a huevás así de chicas y miré qué hacer. Empezaba de a poco a llover, eso me alentó.

Me saqué la bufanda y me la puse otra vez, pero con fuerza, apretándola con firmeza alrededor de mi cuello, me puse el gorro y crucé la calle. En ese momento me di cuenta que no me había sacado los audífonos y qué estaba sonando "El cuarteto de nos". Un poco avergonzado miré a todos lados y no había nadie, era el frío, mi bufanda, la lluvia, "Mírenme", una imagen parecida a la de la foto frente a mi y yo. No existía ningún problema, canté firme y fuerte como hace tiempo no lo hacía. La lluvia empezó un poco más fuerte mientras más caminaba, y las canciones pasaban junto con el tiempo.

Hace tiempo que no sentía tal calma, era todo perfecto, estaba bien con todo y la rabia se fue con el frío, frío que intentaba entrar por cada espacio que no estaba cubierto con ropa. Pero me daba igual, todo parecía agradable ahí, todo estaba en orden y el frío era un condimento que sabía bien también. Seguí cantando y caminando, sin pensar en que, obviamente, debía llegar a mi destino, fueron 45 minutos notables que necesitaba.

El paradero estaba a unos pasos y yo ya estaba bien, cuando partí la caminata pensaba en tener una respuesta al terminar, pero cuando llegué no la tenía, pero estaba bien de todas formas...

No tenía la respuesta, pero mi cabeza estaba limpia para buscarla.


Chao.